En La Palma, desde la época prehispánica hasta la segunda mitad del siglo XX, se practicaba una trashumancia de corto recorrido. Los pastores de cabras subían con sus rebaños a la cumbre a principios de verano y pasaban allí semanas solitarias, refugiados en humildes abrigos de piedra seca y cubierta vegetal hasta los primeros días del otoño.
RODRÍGUEZ LÓPEZ, Carlos Cecilio; «Recuperación de antiguos entornos de pastoreo en La Palma: moradas, vetas, andenes, pasadas y fuentes», Revista de Estudios Generales de la Isla de La Palma, n. 5 vol. II (2011)