El pino canario, que domina los bosques de La Palma, es proclive a los incendios. El mayor de los recientes tuvo lugar en 2009, cuando las campanas de la iglesia de Fuencaliente despertaron a los vecinos en plena madrugada. Casi 2.000 personas, incluyendo ancianos, enfermos y niños tuvieron que ser evacuados a toda prisa hacia la costa.
«En dos horas, todo el pueblo ardía. Era un infierno» (El País, 04/08/2009)